El proyecto mantiene la geometría y el volumen del Seminario: planta rectangular con dos claustros y un cuerpo central que alberga la iglesia. Los edificios que rodean los claustros tienen sótano, tres plantas y bajo cubierta. Los cuerpos de los claustros se escalonan, con una galería acristalada en todos los lados excepto en el de la iglesia. Las cubiertas, a dos aguas con mansardas, se mantienen, en su forma original, aunque deben ser reconstruidas por completo.

El Proyecto contempla el mantenimiento de la mayor parte de los elementos de la cimentación existente, bajo los muros que se conservan, y nuevas cimentaciones en los elementos nuevos de hormigón armado, con las prescripciones que marca el informe geotécnico.

La mayor parte de la intervención conserva los muros perimetrales existentes -de fábrica de hormigón ciclópeo o cal y canto- que sirven de apoyo a las nuevas losas de piso, apoyándose éstas en núcleos centrales huecos de pantallas esbeltas de hormigón armado, para permitir el paso de las instalaciones, abundantes y complejas. Las losas de piso se reducen en canto a 15 cm con nervios invertidos en las líneas principales, que se constituyen como vigas mixtas de hormigón y acero, quedando los perfiles totalmente recubiertos. De esta manera, la superficie inferior de las losas es perfectamente plana y es el acabado inferior de las mismas. Encima de las losas, un falso suelo técnico permite el paso de las instalaciones en horizontal.

La cubierta, originalmente construida con formas de madera tradicionales de mala factura, se resolvió en su mayor parte con plegaduras de fábrica cerámica armada, quedando vista como acabado. Se trata de una solución nada convencional, algo compleja de construir, pero que presenta un buen rendimiento estructural y no pocas ventajas de durabilidad y estabilidad ante el incendio