EMBAJADA DE ESPAÑA EN AMMAN, JORDANIA

Diseño y cálculo de estructura

  

Arquitecto: Luis Maldonado y Ramón Gámez

Año: 2010/2013

 

La edificación consta de dos volumenes con dos plantas bajo rasante comunes a ambos y cuatro sobre rasante en uno, y una sobre rasante en el otro. En los sótanos, el perímetro se contiene con muros de hormigón armado. La cimentación será directa con zapatas sobre el estrato de arcillas limosas con gravas de caliza y fragmentos de pizarra que se indica en el informe geotécnico, salvado el primer estrato de rellenos.

 

Las plantas de la Embajada son losas de hormigón armado aligeradas apoyadas en pilares, retranqueados considerablemente con respecto a la línea de fachada, combinándolas dependiendo de la planta con losa macizas de hormigón armado. También apoyan en los muros de hormigón armado que conforman el núcleo de comunicaciones, con la misión de ser también la estabilización del conjunto aparte de la zona de principal resistencia y rigidez ante los esfuerzos horizontales.

 

Dada la luz considerable que deben cubrir las losas en la zona de pilares, sea en el vano como en el voladizo, con el fin de proveerla de rigidez y resistencias suficientes, pero sin que su peso propio sea desmedido, se ha procedido a diseñar una losa bidireccional aligerada de canto total 37 cm en planta baja y de 30 cm en las demás plantas, que sólo se macizan en las franjas de pilares, para su resistencia ante el cortante y el punzonamiento. En el sótano -1, con luces menores, la losa es maciza de 30 cm de espesor, y cuando la embajada se conecta con el edificio antiguo se hace a través de losas macizas de 20 cm.

 

Los pilares son de hormigón armado de sección cuadrada en el sótano -2, y de sección circular en el resto de plantas, salvo en la comunicación con el edificio antiguo en la que los pilares son tubos metálicos de sección cuadrada huecos.

 

Para el análisis y dimensionado de la estructura y su cimentación se han seguido las prescripciones de las normas tanto españolas como jordanas, que se deben respetar también en la ejecución de la misma, pero al no existir una identidad entre ambas, se han tomado siempre como valores o modelos de referencia aquellos que en cada caso aportaban mayores límites de seguridad a la edificación.