El edificio consta de dos plantas bajo la rasante de la Plaza Mayor de Valladolid.

Antes de la redacción del proyecto se realizaron ensayos sobre el forjado del primer sótano que presentaba fisuras, oxidación de armaduras y problemas de carbonatación. Los ensayos determinaron el armado real de la estructura y la resistencia real del hormigón existente. 

Sobre estos datos se realizaron comprobaciones de cálculo en cuanto a resistencia y protección contra incendios, y se verificó que eran insuficientes; se determinaron las obras necesarias para restablecer los valores mínimos, así como para proteger de la corrosión el armado que había quedado al descubierto.

Dado que el forjado existente tenía cierta falta de resistencia, que presentaba patologías variadas que seguían progresando y que para caso de incendio no era acorde su geometría con las necesidades de protección, se debía proceder a sanearlo y reforzarlo. La solución consistió en añadir una capa de compresión adicional de hormigón armado que permitía simultáneamente el incremento de resistencia al fuego, el incremento de resistencia ante momento positivo y, gracias a un cierto armado en la cercanía de los pilares, un aumento de resistencia en momentos negativos. Previamente a esta operación, se saneó todo el forjado, limpiando las corrosiones del acero y la suciedad superficial del hormigón mediante chorro de arena, se aplicaron los productos anticorrosión del acero y los anticarbonatación del hormigón y las resinas de adherencia entre el hormigonado antiguo y el nuevo.

El armado superior tiene la misión de aportar mayor resistencia, en  positivos, en los vanos, gracias al aumento de brazo de palanca que le aporta la nueva capa de compresión, y en negativos gracias a la armadura añadida. Además se garantiza la resistencia del forjado en caso de incendio.